Mi vida es una suerte de zapping. Me paso el día zapeando. Lo que hago a todas horas es cambiar rápida y continuamente de canal -actividad, lectura, series, películas, programas de televisión, sitios de internet- y utilizo mi cabeza como mando a distancia. Hasta leyendo me ocurre, ya digo. Y menos mal.
Alguien (de Mérida, Badajoz, Extremadura, España, Europa, CEE, OTAN…) ha dicho en Facebook que según el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (cuyo presidente según la muy voluble Wikipedia, es cardiólogo, portugués, tiene ocho hijos y “es contrario al aborto y a la eutanasia y ha atacado la ideología de género”, pero a saber qué quiere decir esto) la atención primaria de Madrid es la mejor de España y seguramente también de las mejores del mundo. Cuando me iba a poner a escribir sobre que es una suerte que alguien de Mérida se interese por lo que dicen desde el ICOMM (Ilustre Colegio etcétera), saltó el fusible.
Así es como se decía en casa cuando se iba la luz. Y es que se fue la luz.
Lo primero que pensé es en el frigorífico, en que si no “venía” pronto se podrían estropear los alimentos.
Vino de pronto y se fue otra vez, así sin avisar. Con encendido y apagado simultáneo de los diferentes electrodomésticos.
En vez de ponerme nervioso porque no podía seguir zapeando por internet que es lo que estaba haciendo en ese momento, me puse a intentar la cuadratura del círculo, es decir, buscar en internet si se había ido la luz en toda la zona o solo en mi vivienda particular, pero sin internet, que tampoco “me” funciona (esto es un documento Writer que en cuanto pueda lo subo a la red) es imposible. Es lo que tienen las paradojas.
Sigo escribiendo. Mi vida está llena de vaivenes (zapping). No sé si escribir sobre el siete cero de ayer de España a Costa Rica en fútbol, sobre que Dua Lipa (no tengo ni idea de quien es ni tengo por qué saberlo) dice que no actuará en Qatar mientras no se respeten los derechos humanos. Muy respetable y necesario.
O escribir sobre que he leído que un ministro italiano (creo) dice que va a dar veinte mil euros a las parejas jóvenes que se casen por la iglesia (¿es importante en mi vida esto? ¿afecta a mi bolsillo? ¿a mi salud o de los que me rodean?). Pero se fue la luz otra vez (menos mal que guardé este documento). No creo que sea por haber o no pagado el recibo correspondiente. Nunca se sabe, con estos bancos.
Sigo escribiendo a lo máximo que da el teclado del ordenador. Ahora me toca poner (es lo que tiene el zapping mental) una relación que aprendí un día de memoria. Es el nombre de los países donde no se respetan los derechos humanos (o no siempre): Gaza, Irak, Pakistan, Afganistan, Nigeria, Sierra Leona, México, Nicaragua, Colombia, Ucrania, Corea del Norte, Sudán del Sur, Libia, Arabia Saudí, ¿Rusia?, Irán, Malí, Senegal, Yemen, Somalia, Siria, Albania, Kosovo, Armenia, Turquía, Palestina, ah y Qatar que se me olvidaba (a propio intento). Y seguro que muchos más. Y en casas, barrios y calles y zonas del mundo entero. Eso me han dicho. O he leído.
Y luego siguiendo con mi vida zapping iba a escribir que uno de los empleos de alto nivel más duro que existen es el de ministro de Interior. Y si no que se lo pregunten a Barrionuevo, Corcuera, Acebes, Fernández Díaz o a Grande-Marlaska.
Y escribir no sé qué de la FIFA que a saber qué pudiera ser. Si es que por escribir lo iba a hacer de la revista El Jueves ha cumplido cuarenta y cinco años del tirón saliendo a la calle. O que para escribir literatura hay que saber manejar muy bien los verbos.
Y todo esto lo escribo , mirando de reojo por si salta el diferencial o el automático o como se diga.
Y menos mal que leo aunque sea también zapeando saltando de libro en libro, porque para leer solo se necesita papel y la luz del día. Pero ya se sabe lo importante que es la luz. La artificial. Al menos lo saben quienes la cobran. Y zapear. Doy fin al texto ahora que todavía funciona la luz de pago. Fin.