Sostiene Pelín que no debería ordenar tanto mis cosas pues cada vez que entono el “Cuida el orden y el orden te cuidará” sucede una desgracia. De vez en cuando la vida te gasta una broma y te despiertas con ganas de ordenar la casa. El otro día en uno de esos arrebatos jubilares (de jubilado, no de júbilo) decidí ordenar mi despachito y en el altillo del armario aparecieron kilos y kilos de papel para envolver regalos. Parte de ellos se los habían dejado los Reyes Magos que, para contener sus presentes, traen una tonelada de rollos de papel con explosión de colores y diseños; otra parte debe ser del amigo invisible de los Angulo (somos muchos) y otra conforma el abundante capítulo del “por si acaso”.
Total, un contenedor de esos de barcos barrigones que se ven en documentales. Como es lógico no aparece papel “cello” ni adhesivo. Esto del orden tiene sus inconvenientes. El mismo día, ya puestos, decidí “ordenar” el cajón de los medicamentos donde está el botiquín casero. Encontré una crema para el pecho de Nines pues le salían estrías cuando amamantaba a mis hijos. La cuestión es que el pequeño de ellos tiene veintidós años y hace mucho que dejó de succionar la teta materna.
¿Paracetamol? No había. ¿Ibuprofeno?, una pastilla, más sola que el ojo de un cíclope. ¿Termómetro?, el que había lo voy a enviar al Museo. Visto el panorama decidí no tomármelo a mal (A la felicidad por la serenidad) ante la impresión de que aquí sobran cosas (quizás sea uno mismo) y parece conveniente espaciar esto del orden hasta dentro de una década (si para entonces… ustedes me entienden).
Hice una bolsa con papeles arrugados y envases de medicinas y me fui a tirarlas por la noche al contenedor de mi barriada. Allí, uno de mis vecinos, que también había hecho limpieza, arrojaba ejemplares de “Cambio16” y calendarios “Dinámico” de los 60. Somos gentes de barrio, en las vidas de barrio se encuentra el pálpito de la ciudad pero es en los contenedores de la barriada donde reposan parte de los anhelos, sueños y aspiraciones de los vecinos. Amén.
