Salimos de Mérida, en el tren Alvia de las 09:04 horas, cargados con una maleta grande llena hasta los topes y en la bolsa de tela de mano para leer por el camino yo “Hamnet” de Maggie O´Farrell y “Panfleto. Erótica y feminismo” de María Moreno y MJ el durísimo testimonio “Un día en la vida de Iván Denísovich” de Aleksandr Solzhenitsyn.
Puntual, el tren a Atocha Cercanías (Madrid) a las 12:53 horas.
Enseguida dejamos las valijas en el hostal sito en la cercana calle Atocha y paramos un taxi. La calle Atocha estaba cortada. Al final, en la plaza Jacinto Benavente había una manifestación por la liberación del pueblo saharaui, en la que participaron unas 5.000 personas. Alguien nos comentó por allí se vio a Willy Toledo, Susana Díaz, Mónica García, Isa Serra y gente de Podemos, Sumar y Más Madrid.
En la terminal del Intercambiador de Moncloa nos esperaba hacía rato nuestra hija, también con una maleta cargada. Llegamos tarde porque esa estación de autobuses de Moncloa está junto a Ferraz y, esas calles, aunque era mediodía, ya estaban cortadas al tráfico.
Nuestra hija -que había llegado de Segovia- nos comentó que conocía la zona de Moncloa porque había estado hacía poco con una amiga que estudia en Valladolid, con la que quedó en Madrid. Sabía de sitios donde comer sin necesidad de caminar mucho.
Antes de ir a comer fuimos a tomar algo. El taxista -sudamericano- que nos llevó al Intercambiador de Moncloa nos comentó que en la calle Hilarión Eslava, unas calles más arriba, había bastantes bares y restaurantes.
Paramos en una especie de tasca abierta en 1940, el bar Rosado, con polvo, camareros -los dueños- y aspecto de aquellos años y precios de estos.
Enseguida C nos llevó al Taste Poke Bar, también en Hilarión Eslava. C nos dijo que hacían unas ensaladas espectaculares.
Con un tasty poke comimos. Era todo sanísimo. Sobre una base de arroz blanco, judías, aguacate, pollo, mozarella, cebolla caramelizada, mango, salsa teriyaki y otras salsas que a saber qué llevaban.
Eran algo más de las cinco de la tarde cuando salimos del Poke. Enseguida noté que el ambiente estaba enrarecido. Hoy también habría manifestación en Ferraz-sede del PSOE-, allí cerca.
Mientras MJ y C entraban en la tienda Mad Kpop en la calle Martín de los Eros, yo me metí en un bar cercano.
Dentro del bar había una pareja, el tipo andaba ya un poco cargado. No se le entendía muy bien. Cuando me vio entrar dijo algo así como -no le entendí muy bien- “Essssspaña, calentando por Esssssssspaña, que nos toca asaltar Ferraz”. Enseguida le dio un trago largo al vaso de tubo y dijo: “Ponme otro pelotazo”.
La camarera le llenó el vaso hasta arriba de güisqui DYC. El hombre, de sesenta y tantos años, con su fachaleco de rigor y su pantalón de tergal, le dio un tiento al güisqui y luego le echó algo de cocacola, para darle algo de color al asunto. Y volvió a decir Essspaña y Perro Sanche no sé qué, no entendí muy bien, pensando yo que aunque para llegar a la calle Ferraz tendría que bajar solo un par de cuestas, no lo imaginaba, a ese ritmo, a las ocho de la noche delante de las vallas diciendo proclamas y consignas contra la amnistía, Perro Sanche y que se rompe Essspaña.
Después llegamos a la esquina entre Marqués de Urquijo -a la altura del Bar Los Bocadillos y La Casa del Bacalao- y Princesa, también con todas las papeleras quemadas.
Eran cerca de las seis cuando pasó a nuestro lado un grupo de siete u ocho de los llamados “Cayetanos”, chavales de entre dieciocho o veinte años, no creo que más, todos vestidos igual, pantalones grises y también con los llamados “fachalecos”. Bajaban en dirección a Ferraz, deprisa y hasta MJ comentó lo agresivos que parecían.
Decidimos parar a un taxi y que nos llevara al hostal en Atocha. Cenamos en la cercana Plaza de Santa Ana, paseamos por la calle las Huertas y poco más de sí dio el día.