Pareciera que el combate está decidido de antemano. A la contienda electoral nos referimos. De otro modo, no hay quien llegue a comprender lo que ocurre en el principal partido de la derecha regional y municipal. A menos de cien días de la fecha señalada para los comicios y a vueltas con las listas de candidatos.
De equipos, a día de hoy, ni hablar, como ocurre en un equipo ciclista o en un espectáculo musical, lo único claro es el famoso que encabeza el cartel. Es evidente que el Partido Popular cede, por otros cuatro años, la gestión de la Administración extremeña al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
¡Ay! Las expectativas. Cuál si de un viernes se tratase, aun trabajando y qué contentos. Por el contrario, el domingo todavía descansando y ya pensamos en las tareas laborales del lunes. Pues así ha pasado en la derecha placentina. Qué Fernando se va a presidir el partido a nivel regional, inmediatamente surgieron los sucesores y herederos. Qué finalmente no se va, las expectativas e ilusiones por los suelos.
En Mérida es más sencillo. Que Antonio Rodríguez Osuna se presenta y a renglón seguido desbandada emeritense. Nerviosismo, angustia, descontrol, mentiras y verdades a medias, estrés, errores párvulos y no tanto.
Resultado, no hay un emeritense capaz y hay que tirar de banquillo montijano.
Pedro Acedo Penco, ¡que sí pero no! Pelayo Gordillo Moreno que opta por la Asamblea y qué decir de Ciudadanos, tan solo malos recuerdos de personas sin bagaje ni capacidad de sacrificio. Tendrá el PP que ser la tabla de salvación y amparar a los que, de aquellos, sí son aptos para lo público.
Qué tendrá el poder que a muchos llama y a tan poquitos elige. Qué fácil se nos antoja enmendar los errores ajenos y cuán difícil gestionar los propios. Pues igual ocurre en la política, qué complejo hacemos lo fundamental y más importante, lo común.
¿Qué habrá tenido que ver la cercanía de los comicios con el cese del presidente de Renfe y de la secretaria de Estado de Transportes? Táboas y Pardo de Vera, respectivamente, han sido cesados hoy por la ministra Raquel Jiménez por los problemas con el ferrocarril de Cantabria, se ha dicho. En lugar de felicitarse por la medida, la líder del PP extremeño, María Guardiola, dice que lo sucedido en Extremadura les sale gratis. Cómo se puede ser tan cortita de miras. Así anda el PP regional, con una presidenta que solo ansía un escaño en la Asamblea y que no es capaz de configurar las listas en muchos municipios de nuestra región.