Cuando a Paco Clavel le preguntaban si era hermano gemelo de Rouco Varela (ex presidente de la Conferencia Episcopal Española), contestaba que cómo van a decir eso si Rouco Varela era mucho más feo que él, para luego rectificar diciendo: «Bueno, sí, señora, soy su hermano y usted también porque todos somos hermanos de Cristo”. «Y se quedaba muerta, la señora», decía Paco Clavel.
He traído a colación a Paco Clavel porque no se habla mucho de él, otros friquis con bastante menos glamour y estilo lo han sustituido. Y hay que recuperarlo y reivindicarlo aunque solo sea para hablar de su colección de discos.
Paco Clavel, aparte de ser el inventor del cutrelux (reutilizar y asignar un valor decorativo a objetos y elementos cotidianos y, hasta cierto punto vulgares o anodinos en su uso habitual, tales como: etiquetas de precios a modo de lentejuelas o cartones de huevos para elaborar pamelas) y del guarry-pop (música «guarry»), Paco Clavel -su imagen- es pura sonrisa, amabilidad y positividad. Es un tipo extravagante y singular, pero representa la alegría de vivir sin prejuicios, es, diría, un poco más libre que muchos.
De su forma de vestir se dice que hasta Carolina de Mónaco (cuando también era famosa) se quedó impactada con su look, a lo que él replicó diciendo que es porque ella, la princesa, no estaba acostumbrada a ver barriobajeras. Porque se considera, aparte de “acratoide”, como dice él, «barriobajera».
De Paco Clavel todo es tan excesivo (o parece) que eso de hacer que lo cutre parezca lujoso (cutrelux) es una de sus cualidades de marca. Famosa fue su chaqueta compuesta por paquetes de sopas Knörr, sabor tomate. Dice que después de eso estuvo un año comiendo sopas de tomate.
Se podría decir tanto de este chouman que no sé por dónde empezar. Debió ser divertido cuando empezó como profesor de inglés y literatura (le dio clases, entre otra mucha gente, a la escritora Lucía Etxebarría) cuando aún no había inventado esa forma de vivir y de vestir que ahuyenta a los bienpensantes, a los regularpensantes y a los malpensantes
Y no hablemos del guarry-pop, solo hay que escuchar su “Coco-piña, coco limón” de cuando allá por 1982 formaba el dúo «Clavel y Jazmín» con Luis del Campo para saber a qué me refiero. En Youtube está.
Paco Clavel dijo que por entonces, cuando era maestro en un colegio, ya daba un poco la nota con su imagen hippy, porque él fue hippy antes que ser un icono de la Movida musical y nocturna madrileña.
Para mí, Paco Clavel, con esa imagen impactante que se gasta siempre, dice mucho más de lo que se ve. No sé si el precio que ha tenido que pagar es o ha sido muy alto (a sus setenta y tantos años no sé si es fácil llevar esa imagen suya, aunque sea para «ganarse las habichuelas») pero su postura y compostura es valiente (yo diría que más que valentía, lo suyo es osadía ya que no tiene sentido del ridículo) su crítica social, su manera de, como decían los poetas franceses -Baudelaire, Rimbaud- del siglo XIX “épater les bourgeois” que significa “ofender el buen gusto”, es algo digno de atención.
Pero yo quería hablar de sus discos. Paco Clavel es uno de los mayores coleccionistas de discos de España. Tiene más de quinientas mil unidades entre Lps, singles y cds, aunque la mayoría son vinilos de larga duración (Lps).
En una entrevista de hace un par de años en el Mundo que le hizo Ana del Barrio, dijo que últimamente le había dado por coleccionar “el rollo de las monjas, curas y frailes que han grabado discos”, que era fan de Sor Campanas. O que es fan de “Los 4 de Asís” que son cuatro frailes. También contaba que seguía a “Soeur Sourire” (“Hermana Sonrisa”), una monja dominica francesa que sacó el tema “Dominique nique nique” que fue fue número uno en todo el mundo. “La comunidad se forró (dinero es dinero) y la monja se salió de los dominicos y luego se suicidó”.
Lo que no es verdad es que esa manía de coleccionar ese tipo de música sea de ahora porque hace unos veinte años ya le apasionaban grupos como “Las Monjitas del jeep” (que puede sonar sublime o bizarro a partes iguales) o el grupo de folk sesentero “Almas Humildes”. Música de alto voltaje friqui.
Y para terminar otras curiosidades musicales raras, sorprendentes y exóticas -sin relación alguna con monjas, frailes y curas-, de un tipo, Paco Clavel, que fue amigo de Germán Coppini, Fabio McNamara, Susana Estrada, Alaska, Fernando Márquez el Zurdo, Pedro Almodovar o de los componentes del grupo Glutamato Ye-Yé, todos referentes de la Movida de los Ochenta. En una entrevista de M.A. Rojo para el Correo, cuando le preguntó sobre los discos raros que le gustaban dijo que, aparte de por ejemplo, un disco original que tiene de García Lorca tocando el piano y cantando “La argentinita” o a Elvis Presley cantando rancheras en español, “existe un disco de Pilar Arcos que cantaba en los años 30 este cuplé: “mi juventud ya declina, de tanto tomar cocaína.”
Casi nada.
Y termino por donde empecé. Como lo que más le preguntan es por su parecido físico con Rouco Varela, él dice que no tiene nada que ver, que aunque son vecinos (los dos viven por Gran Vía en Madrid) y que a veces se cruzan por la acera, ni se reconocen ni se saludan.