José Romero Espinosa, Pepe. Trabajador innato, aún así tiene mérito, que una cualidad es la aptitud y otra bien distinta la actitud. Aquí se unen ambas, apenas da de sí para atender el teléfono, clientes, camareros, cocina y a algunos amigos, que desde hace más de veinte años somos fieles a la cita. Lindando con ‘Alabarderos’, en la calle Castiglione, paralelo al paseo marítimo y si te descuidas un poco y la marea está rápida, mojándote los pies. Aquí se sitúa uno de los dos mejores restaurantes de San Pedro de Alcántara.
Y como de Romero se trata, es de justicia nombrar a mi anfitrión. Siguiendo los consejos del maestro Josemi Rodríguez-Siero y Rodríguez-Vila. Guillermo Romero Álvarez, es el responsable de que pueda disfrutar de estos días en la Costa del Sol y su padre, don Manuel, quien me presentó a Pepe, el alma de ‘Nuevo Reino’.
Cocina malagueña, de toda la vida. Honesta y sin grandes alharacas. Donde la calidad y la limpieza, en forma y fondo, son la clave del éxito. Sin pretensiones y con mucho mérito.
Espetos de sardinas, frescas que casi saltan al mar, si te descuidas. Frituras insuperables. Almejas y gambas. Y un pescado, de verdad. Así reza el camarero y sigue…
Y repite: un pescado fresco, lubina quizás, al horno, a la espalda, a la sal. ¡Stop! Pare por Dios. Que las glándulas salivares ya no dan abasto y se rinden. A la sal, aunque sólo sea por callarlo. Ahora bien cuando la lubina a la sal llega a la mesa, los que pierden el habla son los comensales. ¡Maravilla! (Que dicen ahora los jóvenes y los no tanto).
Y de postre. ¿ Qué tiene de la casa? ¡Error! ¿Cómo he podido cometer este fallo?, acabo de darle la excusa perfecta. Como si del pie de una obra de teatro se tratase, me utiliza como apuntador y le ofrezco la ocasión, si no el motivo, para retomar su letanía.
Aquí le corto a la primera, que en cuestión de postres, siempre recuerdo el día que doña Bati, que en gloria esté, le ofreció a mi hermana, María Luisa, que eligiera un pastel de la vitrina de exposición, de la “Confitería Gutiérrez “, en la plaza de España de Mérida. La agasajada, sorprendida y feliz por el ofrecimiento, se tapó los ojos con ambas manos. Muchas gracias, el que usted quiera. ¡ Nunca mejor definición de los ‘Cañamero’!
Mención especial, por cortesía y merecimiento al jamón, este sí “puro”, cien por cien “bellota”, de “Los Romeros de Alanís”. Milagro gastronómico, que ha alcanzado los primeros puestos de excelencia de este manjar. Gracias al esfuerzo de, por ahora, tres generaciones de la familia Romero. Reforzada últimamente con cuatro puntales, que le han dado un nuevo impulso en cuanto a la mercadotecnia y a la calidad se refiere.
Que es lo que tiene la familia. Que unida, como es el caso, no hace sino engrandecer y aumentar la calidad de su producto estrella.
Finalmente nombrar a los reunidos alrededor de esta magnífica mesa, en ‘Nuevo Reino’. El carismático Guillermo Romero Álvarez, anfitrión y amigo, de toda la vida.
Gabriel Humberto Calderón Metralla. Futbolista profesional y bético por decisión propia. Tan sólo señalar que él es del Betis y del Betis ganador. Que no admite aquello de: “viva er Betis manque pierda”. ¡No! Que viva y que gane. Placer conocerlo.
Beatriz Abad Carrillo. Directora de cine. Bella por dentro y por fuera, que tuvo a bien acompañarnos y hacernos partícipes de sus trabajos actuales y proyectos. Directora firme, trabajadora constante y con dilatada experiencia. De profesión y de vida, que de ambas nos dio una clase magistral. Muchas gracias igualmente. Un placer.
Y por descontado, muchas gracias a Pepe y su equipo. El próximo año, como los últimos veinte, volveremos, Dios mediante.