Corría el año de nuestro señor de 1833 cuando se llevó a cabo la organización territorial de España en provincias. De entonces a hoy pocos cambios, al menos en la península. Fue obra del absolutista y reformista Javier de Burgos, Secretario del Despacho del recién creado Ministerio de Fomento General del Reino.
Recorriendo la Vía Emérita, que llevaba desde Sevilla a Mérida, se cruzaban las estribaciones de Sierra Morena. Son los béticos más extremeños y presumen de ello, no en vano, Guadalcanal dependió de Extremadura hasta aquel año.
Por su parte los malcocinadenses son los extremeños más andaluces. En aquella decimonónica reforma quedaron del lado pacense, habiendo sido hasta ese momento andaluces, desde que en el siglo XIII la Orden de Santiago recuperara estas tierras para la cristiandad.
A partir de la década de los noventa he tenido la fortuna de poder disfrutar de esta bendita Sierra Morena.
Belleza sin igual cuando se accede desde Fuente del Arco, que bien podría ser nuestra primera parada en este viaje cultural. Visita obligada a la Ermita de la Virgen del Ara, “Capilla Sixtina” extremeña que nos despide de la provincia de Badajoz y, apenas emprendemos la marcha nos recibe, la ahora sevillana Virgen de Guaditoca.
Proseguimos nuestro viaje hasta Alanís, parada y fonda.
Es en este pueblo serrano y sevillano, coronado con su castillo medieval, donde se encuentran los anfitriones de nuestra maravillosa aventura cultural y gastronómica. Los Romeros de Alanís.
Acaban de llegar del Salón Gourmets de Madrid donde han cosechado un año más el fruto de un trabajo de siglos. Fértiles dehesas donde conviven encinas, alcornoques y quejigos, “Territorio Quercus” en su máxima expresión; naturaleza a raudales, domesticada y recientemente distinguida como Parque Natural y Geoparque de la Sierra Norte.
Montaneras de cerdos ibéricos, artesanía y tradiciones matanceras, suman las mimbres imprescindibles para el más apreciado producto de calidad de la gastronomía mundial: el jamón ibérico puro de bellota.
Productos ibéricos, jamón, paleta, lomo y carnes frescas de cerdos ibéricos que tras años de elaboración y curado dan como resultado el tesoro, tantos años secreto, de nuestra Sierra Morena.
Los Romeros de Alanís, tres generaciones familiares de mojinos emprendedores y trabajadores como pocos. Inteligencia natural y descendientes de fenicios y los más intrépidos alanos que hasta aquí llegaron.
No pueden dejar de visitar sus fincas ganaderas, establecimientos de turismo rural, secaderos de jamones y tiendas de productos ibéricos y aceites de oliva virgen extra. También pueden disfrutar de su excelente gama de productos naturales en el teléfono de pedidos 954 885 912 o en la web shop.losromerosdealanis.com y en pedidos@losromerosdealanis.com