Cuando leí “Romanticismo” de Manuel Longares, la historia novelada en la que se cuenta cómo ciertas personas (en este caso del barrio burgués de Salamanca) se fueron adaptando y/o recolocando en la sociedad española a partir de 1973 porque intuían o sabían pronta la muerte (en la cama) del dictador, pensé que no encontraría otra novela que contara con tanta claridad esa época de cambio, ruptura y en definitiva, transición, de un régimen dictatorial a una democracia.
Hasta que hace poco leí un libro de cocina, que es mucho más que eso (habla de lo que hemos comido, lo que hemos vivido…).
Me refiero a “La fábula y el fuego” de Ramon J. Soria Breña, de la editorial emeritense de la Luna libros. El autor, al hilo de un bocata de vieiras peregrinas, empieza contando que en España comemos cuarenta y tres kilos de peces por persona y año, para acabar hablando de la novela “El pianista” de Manuel Vázquez Montalbán, “su novela más conmovedora y militante y una de las mejores historias de amor de los años ochenta del siglo pasado».
Mientras Ramon J. Soria Breña termina de hablar de ese “bocata de vieiras barroco y excesivo… de pan de cristal tostado”, se me ocurrió que hacía por lo menos veinte años que no leía nada de Manuel Vázquez Montalbán. Y que ese “El pianista” estaba entre mis asignaturas pendientes de sus libros.
En cuanto terminé la lectura de “La fábula y el fuego” fui raudo y veloz a por “El pianista” de Manuel Vázquez Montalbán (en octubre se cumplen veinte años del fallecimiento del escritor), un libro diminuto y con una letra aún más pequeña (tamaño de fuente 8 o 9).
Sin más demora y sin pensar en el posible desgaste ocular, me puse a leerla. Es quizás su novela más redonda. Consta de tres partes. La primera transcurre en 1983, la segunda en 1946 y la tercera en 1936. El hilo conductor de la trama es Alberto Rosell -un pianista catalán que en aquellos años de guerra y preguerra pertenecía al POUM: Partido Obrero de Unificación Marxista- y su historia de amor con Teresa.
En la novela se cuenta con más detalle y descaro aún que en «Romanticismo» de Longares, cómo las personas afrontaron los costes éticos, morales e ideológicos de la transición, comparando las vidas de los trepas (el personaje Luis Doria es uno de ellos ) con los que deciden seguir siendo fieles (y auténticos) consigo mismo, aceptando las consecuencias de sus actos.
Existen muchos libros críticos, didácticos (y hasta revisionistas) sobre una época clave para entender la vida española actual y la llamada Transición española, pero pocos tan apasionantes (aunque esté, sea o parezca tan “escorado” a la izquierda…a la izquierda de mil novecientos ochenta y tantos) como este “El pianista” de Manuel Vázquez Montalbán.
Y aunque aparece mucha “política” entre comillas, es una bella historia de amor (casi del estilo de “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez), uno puede encontrar recuerdos de infancia como el que aparece en la página 132 del libro: aunque lo que se cuenta es de 1946 ocurría en mi Barrio veintitantos años después, aunque ni lo veíamos ni lo decíamos.
No sé si todo está en los libros, pero yo disfruté tanto con estos -unos me llevaron a otros- que solo me queda repetir cuales son: “Romanticismo” de Manuel Longares, “La fábula y el fuego” de Ramon J. Soria Breña, “El pianista” de Manuel Vázquez Montalbán o “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez.
Fin