Juan Ignacio Barrero Valverde es desde anoche Hijo Predilecto de Mérida. No hace falta decir que este nombramiento es más que merecido. La Corporación Municipal emeritense se lo concedía en una sesión extraordionaria celebrada en el Centro Cultural Alcazaba. A su larga nómina de títulos y reconocimientos le faltaba el de Hijo Predilecto de la ciudad de Mérida, capital de Extremadura.
Barrero Valverde está en posesión de las siguientes condecoraciones: Gran Cruz de la Orden de Carlos III y Medalla de Oro del Senado (España); y las extranjeras que se detallan: Gran Cruz del Infante Don Enrique (Portugal), Gran Cruz de la Orden do Cruceiro (Brasil), Gran Cruz de la Orden de la Libertad (Nicaragua), Gran Cruz de la Orden al Mérito (República de Austria), Gran Cruz de la Libertad (Finlandia), Gran Condecoración del Mérito del Senado (Chile), Gran Cordón de la Orden del Libertador (Venezuela), Orden de 16 de septiembre del Estado de Mérida de 1ª clase (Venezuela), Ciudadano de honor de la Ciudad del Libertador (Venezuela) y Medalla de Oro del Senado (Italia), además de la Presidencia de honor de ENCE (Empresa Nacional de Celulosa) y del Partido Popular de Extremadura. En 2018 recibió el premio del Centro de Iniciativas de Turismo de Mérida.
Desde que el pasado año se propusiera la apertura del expediente para el nombramiento, que brillantemente ha elaborado en calidad de instructor el concejal popular José Pérez Garrido, se ha dicho que la iniciativa de nombrar Hijo Predilecto de Mérida a Juan Ignacio Barrero Valverde ha sido del alcalde Antonio Rodríguez Osuna. No tenemos muy claro que sea así o que el propio Pérez Garrido haya influido en cierta medida al alcalde socialista. En cualquier caso, esto es lo de menos. Juan Ignacio Barrero Valverde es Hijo Predilecto de Mérida gracias al primer edil del PSOE y a su equipo de gobierno, quienes ostentan la mayoría absoluta. Sin embargo, no hay que quitarle el mérito a toda la Corporación Municipal.
Traemos esto a colación porque, en este caso, nada ha tenido que ver que Rodríguez Osuna sea el secretario general del PSOE y Barrero Valverde presidente de honor del Partido Popular, ambos de Mérida. Aquí, el alcalde ha sacado su lado más institucional y lejos de caer en partidismos ha hecho justicia con la persona y con la figura de un emeritense que ha hecho siempre gala de ciudad y de región. Se le recuerda por su paso por el Senado, pero antes se batió el cobre con Rodríguez Ibarra, con el que no pudo, en la Asamblea de Extremadura.
Antonio Rodríguez Osuna ha demostrado con esta acción una madurez política comparable con cualquier gran estadista de este país. Que un socialista premie, aun mereciéndolo, a un politico liberal no se ve todos los días y pone el foco en las personas aludidas. ¡Grande Osuna!, que ha sabido distingjuir lo orgánico de lo institucional y que ha reparado una falta que se tenía con un gran político y una mejor persona.
Rodríguez Osuna está demostrando con este tipo de hechos que es una apuesta segura, ahora que estamos en año electoral pues, sinceramente, en la bancada de enfrente no hay ningún político con dos dedos de frente y menos con los fichajes que está haciendo la presidenta regional del PP, María Guardiola Martín.
¡Grande Osuna!, repetimos, que ha demostrado ser digno sucesor de Martín López Heras, Antonio Vélez Sánchez, Pedro Acedo Penco y Ángel Calle Gragera. Todos, con sus aciertos y sus errores, han convertido un pueblo en la Mérida que hoy conocemos y que nos hace sentirnos orgullosos de haber nacido en ella.