Lo intentamos el fin de semana anterior, pero resultó imposible. Éxito total de Goiko Badajoz, lleno total hasta las once de la noche. Es un restaurante especializado en hamburguesas, mis preferidas. Ya me cuentan como cliente asiduo cada vez que tengo la oportunidad de viajar a Madrid. Ahora la “tentación” está mucho más próxima y seguro que voy a pecar más.
Muy hábil el empresario o grupo de empresarios que han apostado por traer hasta la capital de provincia un establecimiento de esta franquicia. Les auguramos una exitosa temporada aun siendo importante la apuesta. Valiente hay que ser para montar este negocio en un Badajoz que, si bien está cada vez más vivo, cuenta con diferentes negocios, en principio, competidores directos.
Este viernes y como premio por los cinco kilos perdidos en mi primer mes de dieta me permiten hacer una excepción y yo, muy agradecido, elijo la cena de ese mismo día para ello. Voy a por mi merecido premio, pues eso considero que son estas verdaderas delicias que nos ofrece este afamado establecimiento.
Es la avenida de Sinforiano Madroñero un auténtico muestrario de diferentes posibilidades en cuanto a lo que gastronomía se refiere. En el populoso barrio de Valdepasillas de la capital pacense se sitúan un buen número de restaurantes que, en principio podrían parecer de comida rápida y que lejos de ser así, están muy próximos a los máximos estándares de calidad.
De hecho y entrando ya en materia, rápidos lo que se dice rápidos no son. Estamos en el restaurante a las nueve menos diez (la reserva la teníamos a las nueve) y las hamburguesas llegaron a las diez menos cuarto. Gracias a que decidimos pedir unos nachos para hacer la espera más amena, de no haber tomado esta decisión se hubiera antojado excesiva.
En su descargo he de confesar que son los mejores nachos que he tenido la suerte de probar en Badajoz. Solo este entrante hubiera sido razón suficiente para soportar el martirio y el exceso de secreción de las glándulas salivales.
Diez camareros, diez. Muy jóvenes e inexpertos, muy correctos y educados. Por ello volveremos, sin ninguna duda. En cuanto estos chicos adquieran experiencia, va a ser uno de los establecimientos de elección para los amantes de este tipo de comida.
El principal y tardío simplemente excepcional. El pan perfecto y con sus semillas como adorno y punto característico, ni dulce ni salado, quizás ambos. La ensalada de acompañamiento muy normalita y muy mejorada con el aliño, perfectamente presentado en una jarrita aparte. Permítanme en este punto arengar a todas las cocinas a presentar los productos nítidos, a no taparlos ni bañarlos y dejar que cada cual se sirva según sus gustos y apetencias.
Mención aparte la carne, hasta cuatro puntos de cocción. Sublime, no se me ocurre otro calificativo. Bien merece la espera. Muy bien presentada, con su acompañamiento de patatas, boniato o ensalada. Nos decantamos por la M-30, que hace gala a su nombre y se convierte en una vía de comunicación. No hacia Madrid sino hacia el cielo.
Por más que pregunto a unos y a otros, fracaso en mi empeño de averiguar más detalles del empresario, número de empleados en cocina y otros datos que creo fundamentales a la hora de emitir un juicio. Los educados y amables camareros pecan de falta de formación e información que suplen con voluntad y afán de servicio.
Apenas ven un plato o envase de bebida vacío, preguntan si pueden retirarlo y ello se agradece al ser las mesas más bien pequeñas, muy al estilo de la capital del Reino.
Los uniformes negros totales, juveniles y apropiados. Muy limpios, detalle que cada vez agradecemos más. Todos con intercomunicadores que agilizan y sincronizan el servicio. Detalle gracioso y muy desenfadado los mensajes que lucen en la espalda de las camisetas.
El precio acorde a la calidad del producto y esperemos que próximamente a la del servicio aún en ciernes. Muy de agradecer el volumen y la calidad de la música elegida. Aprobado alto, cercano al notable que sin duda se alcanzará próximamente si el encargado demanda ayuda de profesionales en aspectos tales como la higiene y prevención de la salud en el trabajo. Volveremos.
Goiko Badajoz