Decía el poeta Alexander Pope en una de sus citas que: “errar es de humanos, perdonar es divino y rectificar de sabios”. Era obligada la rectificación, era preciso corregir tal imperfección, error y defecto ya cometido. Es intrínseco a la naturaleza humana el equivocarse, aceptar los errores y aprender de ellos, procurando de este modo que no se repitan.
Y ya metidos en materia literaria viene a colación la siguiente frase: “malo es errar y peor es perseverar”. Es bien sabido que, si bien resulta normal equivocarse, no se debe persistir en ideas o acciones perjudiciales o erróneas.
Viene todo lo anterior a propósito por las prisas del presidente de la Junta de Extremadura o más bien la necesidad de declarar que dejaba de serlo. Ello sumado al despropósito de declaraciones, en caliente, de los dos candidatos a las alcaldías de sendas capitales de provincia por el Partido Socialista, han dado como resultado el esperpento vivido.
Pero qué necesidad de salir a difundir, a diestro y siniestro, malas noticias. Qué afán de explicar inmediatamente y sin meditar ni conocer exactamente los resultados en su plenitud. Qué ocasión hurtada al silencio y qué patética comunicación no verbal, la de los políticos de Partido Socialista Obrero Español, en la noche del aciago domingo electoral.
Cierto es que el PSOE ha ganado las elecciones autonómicas en Extremadura por ser la formación política que ha conseguido cosechar el mayor número de votos. Además, es notorio que se votan listas cerradas que incluyen a los candidatos propuestos por cada partido. ¿Qué es eso de irse para casa si se gana?
Pero a qué esperan los diferentes partidos políticos para dar clases de ética y moral a sus militantes. Para cuándo un curso intensivo de comunicación política y pública frente a los medios de comunicación. ¿Acaso son éstos medios informativos los que marcan los tiempos políticos? Qué necesario sería revisar este pánico nacional al fracaso, tan nuestro. Fracaso que nos amedrenta y atemoriza como en esta ocasión, a pesar de ser los primeros.
Desde nuestro punto de vista, cada papeleta que se deposita en la urna es un contrato, un compromiso entre dos partes. El votante deposita su confianza e incluso buena parte de su futuro en ella. Los votados lo asumen desde el día que, de forma voluntaria, se postulan o acceden a ir en ella. Ese compromiso no ha de romperse unilateralmente, menos cuando se sella con unas siglas políticas.
¿Qué ejemplo daría un cirujano operando, que al entrar el paciente en parada cardiorrespiratoria se saliera del quirófano? ¿Qué debería hacer el juez que condenó a más de diecisiete años de prisión al tristemente conocido como el “agresor del pegamento”, cuando la Guardia Civil prueba su inocencia, después de mantener en prisión trescientos diecisiete días al señor Rico?
Recapacite señor Fernández Vara, no tenga prisa, que sus pacientes pueden esperar. Atienda a lo que se ha comprometido y luche como hacemos el resto de los extremeños. Si gana bien y si pierde… también. Sea prudente y enmiende su error y ya puestos hable con Luis Salaya y Ricardo Cabezas. Todos han de cumplir su compromiso y defender sus ideas desde la oposición, que es donde les han llevado los contratos que firmaron, los votos.