Tras lo visto y oído ayer, día 17 de mayo, en el debate electoral que organizó y emitió Canal Extremadura, queda claro que tan sólo hay dos candidatos a la Presidencia de la Junta de Extremadura.
Por un lado, Guillermo Fernández Vara, quien opta a la reelección encabezando las listas del Partido Socialista Obrero Español. Por el otro, María Guardiola Martín, quien se presenta por primera vez, al frente del Partido Popular.
Todos los demás, aún portadores de buenas intenciones o disfrazados de ideologías políticas, no dejan de ser una suerte de fuegos de artificio o melancólicos de dictaduras pretéritas de uno y otro signo que tan sólo llevaron a nuestra región a la ruina, la miseria y el hambre.
Esperpéntico espectáculo mediático el vivido ayer en la emisora televisiva regional, que alcanzó su cénit o minuto de máxima audiencia con las voces y cajas destempladas de dos ciudadanos que comprendieron tarde, muy tarde, que todo el pescado estaba vendido de antemano.
A punto de cambiar a la Cuatro e interesarnos por las relaciones humanas y románticas del programa “Firts Dates”, tal era el punto de desilusión, aguantamos la anunciada sucesión de monólogos pseudopolíticos y demagógicos que dio lugar a lo que de forma inteligente se había previsto: un auténtico diálogo de besugos (sin ánimo de ofender a nadie).
Tan sólo María al ataque y Guillermo en la defensa, bordaron su papel y ofrecieron la cara más amable y profesional de dos auténticos líderes políticos. Los demás tuvieron a bien descartarse ante las cámaras del ente público, mostrando su arrogancia o debilidades, según el caso.
Realmente, fue la demostración representativa de una Extremadura social y política con inquietudes y reivindicativa. Maduramos como sociedad y ello se traduce en evolución de la comunicación política de nuestros líderes.
Agradecemos desde nuestro medio de información la exposición de sus ideas y propuestas a los diez participantes. Por supuesto igualmente elogiamos el trabajo de los colegas de las tareas informativas que participaron en el programa y finalmente destacamos la ímproba tarea del presentador y conductor, cuando no pacificador, del debate de Canal Extremadura.
¡Alea iacta est!, la suerte está echada y por el bien de todos los extremeños: ¡Que gane el mejor!