Que la presidenta María Guardiola va a hacer todo lo posible por ser la nueva Díaz Ayuso es algo sabido en todos los ámbitos políticos de este país. Pero debería hacerlo por méritos propios y no pisando ni aislando a su socio de gobierno, que no es otro que Vox. Es claro y palpable que la presidenta no se encuentra cómoda con la ultraderecha en el Consejo de Gobierno y de ahí que aproveche cualquier oportunidad para hacer de menos a los de Ángel Pelayo Gordillo Moreno. La portada del HOY fue significativa, haciendo alusión a que no había relación alguna entre PP y Vox y que ella se dedica a trabajar y no tiene tiempo para esas relaciones.
Pero la última de la presidenta ha sido de traca y no se entiende para qué existe una Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural si va a ser la mismísima Guardiola la que haga parte de su cometido. El domingo, María Guardiola se apuntaba un tanto al anunciar en la clausura de Feciex, la feria de caza y pesca más importante de la región, que a partir del mes de octubre la Junta de Extremadura retoma el control de la caza en Monfragüe y que se podrán hacer batidas, especialmente de jabalíes, en este entorno natural.
Lógicamente, los presentes dieron una cálida ovación a la presidenta pero ¿y la consejera qué? ¿Quién debería haber hecho ese anuncio y llevarse los méritos después de trabajar duramente con la Federación de Caza? ¿María Guardiola o Camino Limia? ¿No tendrá que ver que el día anterior todo el mundo de la caza ofrecía un caluroso homenaje a la consejera de Gestión Forestal y Mundo Rural? ¿No será que María Guardiola quería neutralizar cualquier repercusión mediática de apoyo a la consejera de Vox?
Está claro que la presidenta María Guardiola es la cabeza de un equipo de nueve personas que, junto a ella (diez) forman gobierno que se supone unido por el bien de Extremadura, pero se están viendo afectos y desencuentros entre los miembros del Partido Popular y de Vox.
Ángel Pelayo Gordillo Moreno ha pedido una rectificación pública de María Guardiola por la portada del HOY que todavía no ha llegado, pero el líder de Vox en Extremadura debiera pedir otra rectificación por la deslealtad institucional que ha supuesto el hecho de que la presidenta se haya apuntado el tanto del anuncio de que a partir de octubre se podrá cazar en Monfragüe. La consejera de Vox en el Ejecutivo regional no puede estar trabajando para que el PP se cuelgue la medalla: al menos, debiera ser mitad a mitad el merito de cara a los extremeños.
La única ventaja de este afán de protagonismo de María Guardiola (ya entregó ella personalmente la Medalla de Extremadura a los arqueólogos del Turuñuelo), es que los ecologistas se la van a comer con patatas por permitir la actividad cinegética en el Parque Nacional de Monfragüe, por mucho que la caza permitida sea sin perros y controlada por las sociedades de cazadores de las localidades que están dentro de la zona. Es lo que tiene ser una diva: no tiene por qué gustar a todo el mundo.
Por cierto, y finalizamos, la presidenta sigue en actos institucionales usando vaqueros. Se pensará que está mona pero da una imagen de podredumbre de Extremadura que los extremeños no nos merecemos. Se creerá graciosa y nos llamará machistas pero hay puestas en escena que no se pueden permitir y está es otra deslealtad institucional, en este caso con todos los ciudadanos de esta región. A buen entendedor…