A la carrera electoral por Mérida nos referimos, a poco más de dos meses de los comicios municipales del próximo 28 de mayo y al igual que ocurre a nivel nacional, donde de repente empiezan a destacarse las corruptelas de unos y otros, parece que en Mérida se han iniciado las hostilidades.
De todos es conocido que el candidato a batir es el actual alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, y es “vox populi” que, además de ser un buen piloto e ir en primera posición desde hace ocho años, tiene una de las mejores escuderías. En este punto permítannos hacer un juego de palabras y señalar que nos centramos en la “mejor escudería” desde dos acepciones: la primera como equipo (PSOE) y la segunda como escudera (Carmen).
Si Antonio es carismático y se ha ganado la simpatía y la complicidad de buena parte de los emeritenses, su escudera, Carmen Yáñez Quirós es la eficacia personificada, lo que en lenguaje político se denomina una tecnócrata. Capaz y profesional que ofrece solidez a la candidatura y máxima responsable del “milagro emeritense”, la reducción de la deuda municipal heredada desde setenta y siete millones a diecisiete millones de euros.
Por ahora, y siguiendo con el símil automovilístico, en las posiciones de la derecha de la parrilla de salida se sitúan los fraccionados conservadores, a saber: Vox, PP, Ciudadanos, Priex y una nueva formación de empresarios que al parecer se dará a conocer en los días venideros.
A la izquierda los restos tuneados del naufragio comunista decimonónico, chapa y pintura de diferentes formaciones que en nuestra ciudad a lo más que aspiran es a ser la llave necesaria para la formación de un Consistorio progresista.
Una vez situados los contendientes en nuestra imaginaria línea de salida y salvo sorpresas de última hora, la “pool position” está clara. Algunas escuderías todavía no tienen piloto y otras dudan a quiénes fichar de la plétora de los desechados de otras formaciones. Tantos, que actualmente se encuentran en el mercado político emeritense, con ganas de revancha.
Por ello no es de extrañar que los primeros escarceos tengan como objetivo desbancar al principal contendiente, con la revisión escrupulosa de todas sus acciones, por activa y pasiva.
Y llegamos a la denuncia que, en un artículo de opinión publicado por el exalcalde Pedro Acedo Penco, en nuestro Diario de Mérida, confirma nuestra afirmación inicial y título del editorial de hoy.
Nueve mil euros de gastos en los carnavales de Cádiz, cuando menos escasa se nos antoja la denuncia política que no judicial. No obstante, no estaría de más que se justificara debidamente por parte del equipo de Gobierno. Aclarándolo inmediatamente, aun a sabiendas que tan sólo son los iniciales fuegos de artificio.
Quien quiera afectar, siquiera sea de manera mínima, las opciones de renovación del cargo al actual alcalde, va a tener que esforzarse un poquito más. Por ello nos atrevemos a proponer que quien acuse a cualquiera de los contendientes en liza aporte las pruebas que sustenten dicha acusación y de modo preferente por vía judicial.
Sería éste un ejercicio democrático saludable y digno de agradecimiento. De no ser así que presente sus disculpas, que un mal día lo tiene cualquiera y siga trabajando en pos del bienestar de nuestros conciudadanos, pues sin duda éste y no otro es el trasfondo del asunto que hoy nos ocupa.
Lo dicho: ¡Comienza la carrera electoral! La bandera a cuadros ondeará el próximo 28 de mayo y el árbitro único será la ciudad de Mérida.